Juegos y Deportes en la Cultura Azteca
Los juegos y deportes eran un importante componente de la
cultura Azteca. Aparte de proveer a los Aztecas con medios de entretenimiento y
actividad, los antiguos juegos Aztecas tenían connotación religiosa y eran
frecuentemente jugados como parte de las ceremonias y rituales, o durante
sacrificios.
Deportes de la cultura azteca
Existían juegos sencillos similares a nuestras canicas y
boliche – lanzar pelotas a través del suelo hacia otras pelotas u orbes en el
centro (en versiones más modernas se dibujaba una línea de lanzado), o arrojar
una pequeña piedra en el aire intentando acertar a pequeñas pelotas de arcilla,
piedras o semillas colocadas sobre un tapete. Raras veces se jugaba solo por
diversión, muchos juegos Aztecas involucraban apuestas, a menudo de gran escala,
algo en lo que los Aztecas adoraban comprometerse.
Los Aztecas heredaron un famoso juego de mesa de culturas
antiguas llamado Patolli, más o menos similar al antiguo juego de Ludo. Nadie
sabe las reglas exactas, pero en general incluía tirar “dados” (frijoles
negros, cada uno con pequeños puntos blancos pintados para marcar su valor) en
una esterilla roja, marcada como el “tablero”, con líneas negras en forma de
cruz. A menudo jugado con solo 2 jugadores, el juego tenía conexiones con el
calendario sagrado – el tablero poseía 4 cuartos, cada uno con 13 “cuadrados”
en ellos.
El Juego de Pelota Azteca
Uno de los más populares juegos aztecas era el Tlachtli. En
este juego, dos equipos jugaban en un campo en forma de H entre 2 paredes. El
campo estaba dividido a la mitad y cada equipo tenía su propia parte. El
objetivo del juego era conseguir que una pelota de goma de 3-5 kg se situara
del lado del equipo enemigo. Para hacerlo más difícil, solo se podían usar los
pies y las caderas para mover la pelota. A cada lado del campo se situaba un
aro de piedra. El primer equipo en pasar la pelota a través del aro de piedra
del otro equipo era el ganador de este juego. Debido a que era uno de los
deportes Aztecas más difíciles, los jugadores vestían cinturones de cuero para
protegerse.
Mientras que muchos ciudadanos aztecas jugaban Patolli y
Tlachtli, debías ser el hijo de un noble – y atlético, además – para jugar el
deporte más famoso del antiguo México, un juego de pelota sagrado que los
Aztecas llamaban “Ullamaliztli”.
Cuando los aztecas iniciaban un nuevo asentamiento,
usualmente construían dos cosas casi de inmediato, un altar para el Dios
Huitzilopochtli, la deidad de la guerra, el sol y el sacrificio humano; y una
cancha de pelotas en forma de una “I” mayúscula justo junto al altar, para que
así pudiera comenzar el juego de ullamaliztli, un deporte ancestral originado
aproximadamente en el 1600 a.C. El juego transcurría en la sombra del altar de
un Dios sediento de sangre y eventualmente evolucionaría hasta los deportes de
pelota que aún practicamos y seguimos hoy en día.
Este juego podía ser jugado con 2 equipos de entre 2 y 7
jugadores por cada equipo. Las reglas exactas del juego permanecen imprecisas
para los historiadores, pero un aspecto está claro; los jugadores sólo podían
desplazar la pelota de 4 kilos con sus caderas, antebrazos y rodillas. Los
jugadores intentarían golpear la ridículamente pesada pelota a través de un
aro. Entre “goles” los jugadores podían ser gravemente heridos, e incluso
derramar un poco de sangre.
De hecho, este juego era de vida o muerte. El equipo ganador
sería premiado con tocados de venados, y el equipo perdedor sería decapitado
inmediatamente después del encuentro, un sacrificio necesario para apaciguar a
Huitzilopochtli y mantener a la “noche infinita” alejada, asegurándose de que
el sol saldría al día siguiente.
Está claro que los Aztecas veían a este deporte con un gran
respeto, al mantener las canchas de juego centradas en áreas específicamente
para individuos de alto poder y para los dioses mismos, señala una potente
relación entre la religión azteca y el deporte.
Cancha de deporte azteca
Las canchas hasta ahora descubiertas son bastante alargadas,
para beneficiar a las plataformas de vistas alrededor del perímetro. Algunos
sitios en México, El Salvador y Honduras registran tamaños de 15 a 34 metros de
largo. Este juego también era usado para entretener a las masas, con
prisioneros de guerra debilitados jugando contra un bien entrenado equipo
local. Los prisioneros usualmente perdían el juego y sus cabezas, demostrando
el poder de la jerarquía religiosa sobre su templo enemigo y entreteniendo a
los ciudadanos comunes y esclavos.
El deporte de ullamaliztli aún existe hoy en día, aunque el
equipo perdedor solo va a casa derrotado sin necesidad de que el equipo ganador
los ofrezca de sacrificio a una deidad. Ahora se abrevia como Ullama, y se
juega prominentemente en la región de Sinaloa en México, gracias a la falta de
influencia de la inquisición española que removió la tradición Azteca de la
gran mayoría de Mesoamérica.